4 de julio de 2007

28 semanas después: Acción, antimilitarismo, gore... y alguna que otra pifia


Desde hace algún tiempo, y casi inintencionadamente, he ido clasificando las secuelas de algunas películas en dos grupos:

- Las "grandes" (o más bien grandilocuentes), aquellas que por sus pretensiones, al margen de su calidad, acaban conviertiendo a su predecesora prácticamente en un prólogo (Aliens, X-Men 2, Spiderman 2, Las dos torres …).
- Y las que yo llamo "secuelas de vocación", películas modestas (en intenciones) que sólo pretenden explotar el éxito de la predecesora, continuando su argumento a partir una pobre excusa y repitiendo o ampliando algunas escenas célebres de aquella. Muchas de estas acaban en DVD.

Si tuviera que clasificar "28 semanas después" en uno de los dos grupos, sin duda eligiría el segundo. Lo que ocurre es que el guión está bastante bien escrito y Fresnadillo la dirige con ritmo, ganas y cierta mala leche, así que resulta fácil olvidarse de la primera parte.

La película es entretenida, está bien hecha y estos humanos rabiosos dan bastante más juego que los zombies de toda la vida, aunque su función sea la misma que en las pelis de Romero: Proporcionar casquería, criticar el militarismo y mostrar que el hombre, especialmente bajo tensión, es un lobo para el hombre.

Pero no todo brilla, y, a pesar de no ser habitual en el cine patrio, supongo que a Fresnadillo no le ha debido de quedar otro remedio que incluir los ticks clásicos del cine de terror anglosajón: la manía por cerrar argumentos cuando no hace falta, las bochornosas casualidades, los golpes de efecto… Pero no se me asusten, que lo hace poco y no molesta demasiado.

Espero no haber echado p'atrás a nadie, que, tontaditas aparte, la película se merece sus 6€ o 7€ de entrada.


Eso sí, es para estómagos fuertes...